Esta Fruta Realmente No Debería Existir, Pero Existe ─ TOPDARK.COM2

Las bananas son saludables, están llenas de nutrición y energía, caben en la mano y dan pequeñas y agradables señales cuando están perfectamente maduras, y son fáciles de pelar y comer; impactante estadística, el plátano es el artículo número uno de los súpermercados. Los plátanos parecen ser tan perfectos para el consumo humano, que Kirk Cameron intentó usarlos para probar la existencia de Dios. Por supuesto, este plátano no fue creado por Dios, ni siquiera la naturaleza, los plátanos, al menos los que ves en la tienda, fueron creados por personas. No me malinterpreten, hay plantas de banano silvestre, muchas de ellas, son originarias del sur y sudeste de Asia, y hay docenas de especies y miles de variedades, simplemente no son los que comemos. Algunas de esas especies, como puedes sospechar, tienen semillas, porque eso es lo que son las frutas, son cuerpos carnosos que contienen semillas. Entonces te preguntarás, ¿por qué nunca has comido una semilla de banana? bueno, tienes ... un poco. En los plátanos cultivados, las semillas prácticamente han dejado de existir. Si miras de cerca puedes ver pequeñas manchas negras. Es todo lo que queda, y no son semillas fértiles, si los plantas, nada crece. Los plátanos de hoy son mutantes estériles, no estoy tratando de ser malo, esa es la verdad. A menos que estuvieras vivo en la década de 1960, cada plátano que has comido era genéticamente idéntico. Este es un Cavendish, la variedad virtualmente sin semillas que todos comemos hoy, pero no siempre fue nuestro plátano de elección. Hasta la década de 1960, todos comían el mismo plátano, era simplemente un plátano diferente: el Gros Michel, una fruta más grande y más dulce con una piel más gruesa. Puedes notar que las cosas con sabor a plátano realmente no saben a plátanos. La monotonía genética de la cosecha Gros Michel fue su ruina. Un patógeno resistente a los fungicidas llamado la enfermedad de Panamá comenzó a infectar el cultivo de Gros Michel. Para cuando los productores entendieron cuán vulnerables eran sus cultivos, la variedad Gros Michel estaba casi extinta. Toda la industria bananera tuvo que ser remodelada para el Cavendish. Como no tienen semilla, la única manera de reproducirlos es trasplantar parte del tallo de la planta, y durante los últimos 50 años hemos sido buenos con el Cavendish, porque es más resistente a la enfermedad de Panamá. Sin embargo, de manera un tanto terrorífica, se ha identificado una cepa de la enfermedad de Panamá que afecta la cepa de Cavendish que todos comemos. Una monocultura global de individuos genéticamente idénticos es una hermosa vista para un patógeno.
El hongo solo tiene que descubrir cómo infectar y destruir a una sola planta, y de repente no hay diversidad para detenerlo, o incluso ralentizarlo. Eso ha llevado a muchos científicos a preocuparse, o incluso a predecir la desaparición absoluta del Cavendish. Esta maravillosa fruta más popular podría dejar de existir por completo. La buena noticia es que ahora tenemos una mejor comprensión de la genética, las epidemias, los hongos y la patología. Los científicos y los productores ya han tomado medidas para proteger a los Cavendish. Algunos productores están creando bananas genéticamente diferentes que podrían reemplazar al Cavendish si falla, mientras que los científicos intentan crear genéticamente plantas de Cavendish con inmunidad a la enfermedad de Panamá. Además, aprendimos mucho de la debacle de Gros Michel. Los campos infectados se están destruyendo rápidamente, y se están produciendo nuevos cultivos a partir de material vegetal cultivado en laboratorio libre de patógenos. Así que gracias a las personas que trabajan incansablemente, para cultivar y cosechar plátanos y traerlos para que podamos ofrecerlos a bajo costo, y gracias a los cultivadores y científicos que trabajan incansablemente para asegurarse de que no sigan el camino de el Gros Michel.

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