Sentado en la mitad de la cancha en pleno partido, figuraba un pequeño Kevin De Bruyne indignado sin moverse. Si bien su talento siempre fue indiscutible desde la primera vez que tocó el balón, su duro carácter y su frustración en la derrota lo llevaron a un abismo al que estuvo a punto de caer.
Hoy el jugador del Manchester City entiende la importancia de haberse superado.
kevin de bruyne ─ upsocl.com
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